Columna de opinión
¿Políticas Educativas Comparadas Chile – OCDE?. Alternativas y Desafíos Educativos en la Sociedad de la Información
Agosto 3, 2017 - Columna de opinión
La inclusión de Chile a la OCDE[1], es un hito relevante en su política internacional. Sin embargo, no ha resuelto los problemas más urgentes que aquejan a nuestra sociedad, y lo que es peor, no han contribuido al mejoramiento de la educación. A modo de ejemplo, los resultados 2016 del Sistema de Medición de la Calidad de los Aprendizajes (SIMCE) evidencia la brecha existente entre colegios privados versus los públicos, con una diferencia sostenida durante los últimos 10 años de 100 puntos (es decir, los niños/as de escuelas ricas y pobres tienen 2 años escolares de distancia). Por ende, al analizar las reformas escolares vividas en este plano (tales como el mejoramiento de la educación preescolar; la revisión de la formación inicial del docente; aseguramiento de la calidad de la educación, el fin al lucro, la modernización del MINEDUC, etc.), nos encontramos con la triste realidad de que no es que los cambios vividos hayan sido lentos o tardíos.
Lamentablemente, nos hemos sido capaces de establecer acuerdos acerca de cómo mejorar o transformar el sistema escolar actual, avanzando en una mayor justicia social y equidad para nuestros estudiantes. Por ello, vale la pena preguntarnos y reflexionar acerca de ¿Cómo podemos construir y avanzar en equidad e inclusión, si nuestras escuelas continúan siendo el reflejo más explícito de la desigualdad imperante? ¿La calidad de vida existente en Chile es realmente comparable con los países de la OCDE? ¿Es posible construir políticas educativas integrales que tensionen críticamente el modelo neoliberal imperante? De tal forma que “es evidente, que dejada a sus anchas, la globalización no produce equilibrios y justicia, sino exactamente lo opuesto, por eso hay necesidad de ponerse al frente de ella para conducirla adecuadamente” (Fernández, 1999 en Eyzaguirre, 2005, p. 5). Proponemos algunos desafíos que Chile podría descubrir, como miembro de la OCDE, priorizando tentativamente, las siguientes propuestas de cambio:Integrar nuevos saberes, estrategias y herramientas de gestión a nivel de la construcción de las políticas públicas, provenientes de la experiencia de países desarrollados, que le permita aplicarlos en aquellos ámbitos prioritarios de nuestra realidad nacional, de manera planificada y acorde a nuestra realidad cultural, social, política y educativa. Dicho de otro modo, de lo que se trata, es que la comparación con otros países y la implementación efectiva de reformas estructurales en sus políticas públicas, establezca las bases de aprendizaje necesarias, para que Chile integre tales experiencias y las adapte a las necesidades más urgentes de nuestra población. Específicamente en el plano educativo, consideramos prioritario: el mejoramiento y priorización de la educación parvularia y la estimulación temprana sistemática de nuestros niños; el desarrollo y formación escolar en el ámbito tecnológico; la resignificación de la carrera profesional docente; la no discriminación en el espacio y tiempo escolar, la construcción de una política integral para la formación técnico profesional, etc.
- Instaurar una visión holística del aprendizaje del alumnado, incorporándose en los Planes y Programas Pedagógicos del Ministerio de Educación, donde sea el alumno, un protagonista de su aprendizaje, guiado por la curiosidad de aprender, de manera libre y espontánea, de sus relaciones e interacciones con otros, “moviéndose en el ámbito de lo posible y lo hipotético, incorporando la incertidumbre como un valor” (Calvo, 2016), para que así no pierda su potencialidad, no pierda lo que por naturaleza invade caóticamente su aprendizaje: la creatividad. En definitiva, es posibilitar que la libertad y autonomía del alumnado, originen nuevas y complejas relaciones, convirtiéndose en los protagonistas de su aprendizaje.
- Comprender que en la sociedad de la información, el énfasis debe situarse sobre el aprendizaje colaborativo. Una vía para el mejoramiento de la calidad en la educación, debe propiciar el desarrollo de estrategias cognitivas y metacognitivas que hagan posible el “aprender a aprender”, con objetivos organizados según capacidades y valores propios de cada alumno, valorando la heterogeneidad del alumnado, en su proceso de aprendizaje. La educación debe ser un medio para el desarrollo potencial de cada individuo, acorde a sus necesidades y requerimientos personales, caracterizado por el pleno ejercicio de la libertad en su aprendizaje, dentro de ambientes educativos que potencien la colaboración y el pensamiento divergente (Sandoval, 2016).
- Favorecer el despliegue de la creatividad y la curiosidad por aprender (Sandoval, 2014, p. 41): adquiere relevancia la capacidad de las personas de poder soñar, crear y recrearse dialógicamente en la escuela, en la interacción con otros, para que se sientan partícipes y miembros activos de la aldea global, utilizando al máximo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (internet, computadores, correo electrónico, etc.) y el surgimiento de preguntas novedosas que le permitan descubrir el mundo armónicamente y acorde a los ritmos que su desarrollo le permita.
- Construir una reforma epistemológica de la escuela y de las prácticas pedagógicas tradicionales, avanzando en la construcción de ambientes educativos capaces de potenciar los talentos e intereses de todos los involucrados en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Una escuela capaz de responder a la heterogeneidad del alumnado, brindándoles oportunidades reales de éxito, que incidan sistemáticamente en la superación de las desigualdades sociales imperantes en Chile (Sandoval, 2017).
- Formar a los estudiantes en un pensamiento complejo, facilitando el dominio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con fines Educativos: Es decir, replantear los procesos de escolarización, para fomentar habilidades coherentes con la era digital, las que tienen relación con la capacidad de buscar, sintetizar, analizar, comparar, reconfigurar y presentar información, así como comunicarse con otros en un ambiente digital. Esta formación, los prepara de mejor manera, para una vida profesional que no tendrá un carácter lineal, sino caótico e incierto; propiciando el trabajo en equipo, aunque sea de manera virtual, utilizando las tecnologías de la información y la comunicación.
- Promover una Alfabetización Digital Permanente y la Renovación del Aula Escolar, como herramienta que complemente el aprendizaje de los estudiantes: En este sentido, las tecnologías digitales puede convertirse en un elemento catalizador del cambio pedagógico, que el nuevo paradigma de la sociedad del conocimiento requiere (Benavides y Pedró, 2007). Esto exige nuevos roles y actores, así como en muchos casos, nuevas dinámicas que se integran en las prácticas pedagógicas actuales. De ahí la importancia de aclarar, entre los docentes, que el uso de que estas tecnologías, contribuyen al aprendizaje. Según la investigación del Centro Pew[2], un 69% de los usuarios de internet en Chile se conecta todos los días, siendo sólo superado por Argentina a nivel latinoamericano (Líbano es el país con más usuarios de acceso diario, alcanzando el 90%). Por otra parte, en la Sexta Encuesta Nacional de Acceso, Usos y Usuarios de internet[3] (realizada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones), surgen interesantes resultados que sustentan la importancia de una alfabetización digital desde la educación: “El 70 % de los chilenos tiene acceso a internet. Asimismo, los encuestados señalan que el internet y las Tics, lo ven como un apoyo a la educación propia o la de sus hijos / nietos / parientes con un 73,6%”.
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