Columna de Opinión
El Austral de Temuco
03 de agosto 2020
Ver Más: El Austral Temuco
Opinión en Medios de Prensa
29 de julio 2020
En el marco de la estrategia de desconfinamiento impulsado por el Gobierno (se instalan un conjunto de desafíos para las personas y sus comunidades dentro de un contexto aún marcado por la incertidumbre, el miedo al contagio, los procesos de duelo y la pérdida, el impacto de la recesión económica y los diferentes estresores que han surgido a partir del teletrabajo y la educación a distancia.
No podemos olvidar que el COVID 19 aún sigue siendo una amenaza directa para las personas y sus comunidades, particularmente para los grupos de riesgo (personas mayores, personas con comorbilidades previas asociadas a enfermedades cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, etc.; mujeres embarazadas, migrantes, personas en situación de pobreza y/o discapacidad, etc.) por lo que las condiciones de vulnerabilidad sólo se pueden afrontar cumpliendo estrictamente con las medidas de higiene recomendadas desde la Organización Mundial de la Salud, tales como: lavado frecuente de manos, uso obligatorio y correcto de mascarilla, distanciamiento físico además de estar informado por fuentes oficiales de las medidas sanitarias exigidas en cada región de Chile (toque de queda en todo el territorio nacional, cuarentena obligatoria para quienes ingresan al país; prohibición de traslado a segunda vivienda, prohibición de eventos de más de 50 personas, entre otros).
El plan Paso a Paso es una estrategia perfectible y que potencialmente sufrirá modificaciones y readecuaciones de acuerdo a las recomendaciones de la Mesa Social COVID 19 y las orientaciones de la OMS, además de las observaciones que puedan aportar los municipios y expertos de la sociedad civil para velar por la implementación segura y responsable del desconfinamiento. En su globalidad, dicho plan comprende un proceso gradual y progresivo de aumento parcial de las libertades individuales de las personas, del funcionamiento del comercio y el reestablecimiento de la vida cotidiana mediante diferentes fases y plazos (desde la cuarentena, la transición en donde disminuye el grado de confinamiento, la preparación y alza de la cuarentena hasta una apertura inicial y avanzada respectivamente), etapas que en su conjunto dependerán de la situación epidemiológica presente en cada región. Es decir, el plan de desconfinamiento está sujeto a ciertos parametros epidemiológicos: a) baja constante al contagio (que la positividad al PCR sea menor al 10%. Actualmente, en Chile existe sobre un 20% de positividad por cada 1.000 habitantes. Además, debe existir una baja objetiva y sistemática de contagios durante al menos 21 días); b) Mejora de los mecanismos de trazabilidad (capacidad de detección de casos positivos en menos de 48 horas y un aislamiento efectivo de 14 días al 90% de los casos nuevos confirmados), y c) descongestión de la red de salud integrada del país (que la ocupación de camas críticas no supere el 80%. A nivel nacional, la saturación estimada del sistema gira alrededor de un 88%).
En vista de lo anterior, y a pesar de que las cifras epidemiológicas en el país puedan ser promisorias, es necesario reiterar en la población que no se pueden relajar las medidas sanitarias y de autocuidado. El riesgo del rebrote y un aumento de los contagios es una amenaza esperable, de acuerdo a lo reportado por otros países en el mundo. Por lo tanto, un plan de desconfinamiento seguro requiere responsabilidad, flexibilidad y autocuidado por parte de las personas y sus comunidades. En este sentido y a modo de conclusión, le recomendamos: