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Personas Mayores en ‘Riesgo’: Algunas Recomendaciones para la Protección de la Salud Mental en Contexto de Pandemia

Centro de Comunicación de las Ciencias

31 de marzo 2020


En el contexto de la pandemia de COVID-19 nuestros adultos mayores se convirtieron en la “población de riesgo”, producto del número total de fallecidos de este grupo en el mundo. Esta situación trae consigo algunas implicancias en su salud mental. Por eso, desde la investigación en el área podemos plantear recomendaciones para su protección: evitar la estigmatización, brindar contención y afecto, además de potenciar los recursos personales que permitan enfrentar de mejor manera esta crisis y el futuro.

A pesar de que los medios de comunicación han reiterado el riesgo de salud que representa el COVID-19 para las personas mayores, el tratarlos como personas vulnerables puede ser aterrador e inducir mucho miedo. Procure relacionarse de manera empática y colaborativa con ellos/as, reforzando aspectos de higiene y autocuidado, así como la transmisión de información clara y precisa sobre las medidas sanitas implementadas en su región.

Los impactos psicológicos pueden incluir ansiedad, estrés, irritabilidad o tristeza. Estas reacciones suelen ser particularmente difíciles para las personas mayores que pueden estar experimentando un deterioro cognitivo, demencia o que viven en soledad hace mucho tiempo. Ofrézcale apoyo y muéstrese disponible para orientarlos en el uso de redes sociales o TICs que les permita activar y/o fortalecer redes de apoyo disponibles en su entorno.

Hay muchas acciones que pueden iniciar por sí mismas o con el apoyo de un cuidador, si es necesario, para proteger su salud mental durante el periodo de cuarentena, tales como: actividad física, mantener rutinas de readaptación activa, desarrollo de un hobbie, asumir como desafío el uso de las redes sociales y medios digitales para entablar comunicación con pares o redes de apoyo familiar, entre otras.

Finalmente, los sistemas sanitarios deberán identificar y abordar al mediano y largo plazo, las consecuencias potencialmente negativas que provocará esta pandemia sobre nuestra salud mental, siendo de especial interés las estrategias que podamos implementar para proteger a nuestras personas mayores, brindándoles condiciones y mecanismos que favorezcan una vejez digna en Chile.



Para citar:
Sandoval-Obando, E. (2020, marzo 31). Protección de la Salud Mental en Personas Mayores durante una Pandemia: Desafíos Actuales y Futuros en Chile. Araucanía Noticias. Recuperado de https://araucanianoticias.cl/2020/proteccin-de-la-salud-mental-en-personas-mayores-durante-una-pandemia-desafos-actuales-y-futuros-en-chile/0331178080
DOI: 10.13140/RG.2.2.12544.38405

Difusión en Prensa
La Estrella de Arica: Opinión Experto (XV Región de Arica y Parinacota)
El Austral de Osorno: Opinión Experto (Región de Los Lagos)
Araucanía Noticias: Opinión Experto (Región de La Araucanía)

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COLUMNA DE OPINIÓN
27 de Febrero 2020

Eduardo Sandoval Obando
Psicólogo; Magíster en Educación, Políticas y Gestión Educativas
Doctor en Ciencias Humanas
Postdoctorando (c) en Desarrollo Evolutivo
Académico e Investigador


La importancia, desarrollo y fortalecimiento de la Psicología de la Emergencia en Chile, cobra especial relevancia tras cumplirse una década de ocurrido el terremoto del 27F. Aquel día, siendo las 03:34 horas, y en 12 regiones se percibió el segundo mega-terremoto más fuerte de nuestra historia y uno de los diez más potentes en el mundo registrados mediante instrumentos (Contreras y Winckler, 2010). Tuvo una magnitud de 8.8 en la escala de Richter con epicentro en la región de Ñuble, pero con una intensidad máxima de IX en la escala de Mercalli, provocando daños de diversa magnitud y consideración a lo largo y ancho del territorio nacional.

Al respecto, las cifras oficiales estimaron que las consecuencias de este mega-terremoto y posterior tsunami afectaron a más del 75% de la población del país (CEPAL, 2010), es decir, cerca de 13 millones de habitantes experimentaron de manera directa o indirecta los efectos de este devastador evento. Además, se registraron un total de 521 víctimas fatales (Fritz et al., 2011).

Tras la presentación de este evento, se perdieron 15.000 puestos de trabajo (EERI, 2010), cerca del 3% de la población chilena cayó bajo la línea de pobreza (Larrañaga y Herrera, 2010), 500.000 viviendas quedaron con daños severos (HCDCh, 2011) y más de 200.000 familias perdieron sus hogares (MINVU, 2010).

Este tipo de experiencias nos debiese permitir avanzar en una mayor toma de conciencia, reflexión y generación de lecciones aprendidas sobre la forma en que nuestro país puede responder eficazmente a este tipo de mega-desastres. Sin duda alguna, se han suscitado cambios importantes en organismos clave de respuesta (Onemi, Minsal, Minvu, MOP,
Fuerzas Armadas y de Orden, Bomberos, etc.), pero todas estas acciones y aprendizajes no tienen un impacto real, si no se consideran los saberes locales y la participación activa y sistemática de las personas y sus comunidades de origen. Más aún, pareciera ser que dichos esfuerzos son aún insuficientes para la construcción de una política pública integral, actualizada y flexible en materia de gestión del riesgo de desastres en Chile (tomando como referencia las directrices del Marco de Sendai o los ODS) en el contexto de la emergencia climática por la que atraviesa el mundo.

 

Consciente de lo anterior, tras el 27F se destaca la Psicología como una disciplina de enorme valor para la comprensión de estos fenómenos y para la protección de la salud mental antes, durante y tras la presentación de estos eventos. La experiencia acumulada a lo largo de los años en diversas instancias de formación y capacitación en psicología de la emergencia, educación en salud mental y actualización de protocolos de desactivación para
intervinientes en los que he participado durante los últimos años como Interventor clínico y relator para organismos públicos y privados, me han permitido transferir herramientas específicas que contribuyan a la construcción y promoción de una cultura de la prevención en la sociedad (Sandoval, 2016), y particularmente, la de promover la salud mental positiva en los equipos de intervinientes que se despliegan en ambientes altamente estresantes y caóticos.

Como resultado de estas acciones y de acuerdo a lo sistematizado por Sandoval (2019), es posible señalar algunos ejes prioritarios de acción que serían susceptibles de incorporar o profundizar, en la comprensión y abordaje integral de estas problemáticas, tales como:

  • Emergencias y desastres socio-naturales como fenómenos complejos: Se observa la necesidad de educar y sensibilizar a los intervinientes (equipos de salud, apoyo psicosocial, personal adscrito a las Fuerzas Armadas y de Orden) en la noción de que estos eventos tienen un impacto al corto, mediano y largo plazo en la vida de las personas y comunidades afectadas. Por ello, se sugiere una correcta valoración, interpretación y sistematización de los factores psicosociales, políticos, culturales y relacionales que condicionan la capacidad de respuesta de los afectados. Estos aspectos son clave en la fase de reconstrucción y rehabilitación, en donde adquiere importancia el apoyo social y las redes comunitarias para resignificar el impacto de una catástrofe en la población (particularmente, cuando existen pérdidas de vidas humanas).
  • Incorporación de profesionales expertos en salud mental dentro de los equipos de intervinientes frente a situaciones de emergencia o desastres: Desde luego que nuestro país ha ido dando pasos importantes en mejorar su capacidad de respuesta frente a estos eventos. Sin embargo, resulta prioritario que se trabaje sistemática y transversalmente en la incorporación de psicólogos y psicólogas con formación en emergencias y manejo del trauma psíquico, dentro de los equipos socio-sanitarios (SAMU, Unidades de Salud Mental que colaboren activamente con FF.AA y de Orden por ejemplo), para el soporte, recuperación y rehabilitación de la población afectada por una catástrofe.
  • Hacia una cultura de la Prevención: Intervenir oportuna y correctamente frente a las emergencias y desastres socio-naturales que puedan presentarse en Chile no es una responsabilidad única de los equipos de primera respuesta o Fuerzas Armadas y de Orden. Al respecto, se cree necesario continuar promoviendo una institucionalidad moderna y proactiva que trabaje decididamente en la generación de políticas de prevención que eviten o reduzcan al máximo las pérdidas humanas, mitigando en parte, el daño de los afectados (Chan et al., 2009).
  • Respeto y valoración por el saber local: Uno de los puntos más valiosos detectados en zonas de catástrofes, radica en que los intervinientes sean capaces de valorar el conocimiento popular de las comunidades, haciéndolos partícipes de los planes de prevención y protección ante desastres socio-naturales. De esta manera, es posible articular políticas de gestión del riesgo de desastres con un enfoque participativo, intersectorial y coherente con las necesidades verdaderamente situadas en el territorio.

Finalmente, el desafío país debiese apuntar a la articulación de las políticas públicas (salud, justicia, educación, vivienda, seguridad, cultura, etc.) en materia de Gestión del riesgo de desastres, permitiéndonos avanzar decididamente en la promoción de comunidades resilientes, es decir, grupos humanos informados y sensibilizados respecto a los riesgos y vulnerabilidades presentes en el territorio, capaces de convivir armónica y responsablemente con el medioambiente, lo que les permite superar eficazmente los cambios y las crisis vividas, a través de prácticas efectivas de liderazgo, cohesión y justicia social, eficacia colectiva, respeto y apego al lugar, disminución de las desigualdades, junto con dimensiones físicas como la infraestructura, los servicios y la protección (Leykin, Lahad, Cohen, Goldberg y Aharonson-Daniel, 2013).

Para citar:

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Congreso Futuro 2020 Araucanía
Temuco – Chile
15 de Enero 2020


¿Qué es Congreso Futuro?
Es uno de los eventos científicos más importantes de Latinoamérica. Busca abrir el debate respecto a la urgente necesidad de que en Chile se cuente con más y mejor ciencia y tecnología, e ideas que permitan generar el país que queremos, representa gran parte de nuestro interés, expresado en casi 8 años de un sistemático trabajo realizado con todas las esferas que componen nuestra sociedad. El constante crecimiento de Congreso Futuro y la serie de encuentros ciudadanos que hemos desarrollado, fueron posibles gracias a que en el año 2010 –enmarcado en el Bicentenario de la independencia del país– el Congreso chileno se propuso conectar a la sociedad con los desafíos que el siglo XXI planteaba, y así aportar en la democratización de los alcances y desafíos que este traería. Desde sus inicios, el Congreso Futuro ha congregado a destacados pensadores, científicos e investigadores, tanto extranjeros como nacionales, invitando a la sociedad civil a pensar el futuro de nuestra civilización, y a reflexionar de qué manera los actuales avances científicos, sociales y culturales están impactando en nuestro cotidiano vivir.

Caracterización de mi Participación en Congreso Futuro 2020
En el marco de las múltiples actividades de divulgación científica comprometidas en la realización del Congreso Futuro 2020 en Chile, tuve el honor de ser invitado a participar como expositor en la versión de este importante evento científico que se desarrolló en la Región de la Araucanía (Chile).  Específicamente, participé en el foro panel sobre “Microbiología y Salud Mental” junto al invitado internacional Dr. John Cryan (Neurocientífico perteneciente a la Universidad College Cork e Investigador principal en “Alimentary Pharmabiotic Centre Microbiome Institute”, Irlanda), la Dra. María José Baeza (Universidad Católica de Temuco) y el Dr. Cristian Paz Robles (Universidad de La Frontera). 
En este importante evento, pude compartir parte de mis reflexiones y resultados de investigación provenientes de mi participación en diversos proyectos (tesista en Fondecyt Regular Nº 1110577, Co-Investigador en Fondecyt Regular Nº 1170019 y el Fondecyt de Iniciación Nº 11190028 donde participo como investigador responsable), en los que he podido integrar saberes multidisciplinares en torno al envejecimiento, la psicología en emergencia y nuevas miradas en torno al aprendizaje y la profesionalidad docente en Chile.



Link de la Transmisión OnlinePanel Microbiología y Salud Mental
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Congreso Futuro 2020 
 Chile
 Enero 2020


¿Qué es Congreso Futuro?
Es uno de los eventos científicos más importantes de Latinoamérica. Busca abrir el debate respecto a la urgente necesidad de que en Chile se cuente con más y mejor ciencia y tecnología, e ideas que permitan generar el país que queremos, representa gran parte de nuestro interés, expresado en casi 8 años de un sistemático trabajo realizado con todas las esferas que componen nuestra sociedad. El constante crecimiento de Congreso Futuro y la serie de encuentros ciudadanos que hemos desarrollado, fueron posibles gracias a que en el año 2010 –enmarcado en el Bicentenario de la independencia del país– el Congreso chileno se propuso conectar a la sociedad con los desafíos que el siglo XXI planteaba, y así aportar en la democratización de los alcances y desafíos que este traería. Desde sus inicios, el Congreso Futuro ha congregado a destacados pensadores, científicos e investigadores, tanto extranjeros como nacionales, invitando a la sociedad civil a pensar el futuro de nuestra civilización, y a reflexionar de qué manera los actuales avances científicos, sociales y culturales están impactando en nuestro cotidiano vivir.

Específicamente, durante el desarrollo de este evento los y las  investigadores/as de la Universidad Autónoma de Chile, tendrán un importante rol como expositores en Santiago, Talca y Temuco. Mucho éxito a todos/as!!!

Para mayor informaciónCongreso Futuro 2020
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XIX Jornadas Internacionales de Psicología Educacional

7 al 10 de Enero 2020
Facultad de Ciencias Sociales – Universidad de Concepción
Concepción – Chile


Durante los días 7 al 10 de enero 2020, se desarrollaron exitosamente las XIX Jornadas Internacionales de Psicología Educacional (JIPSE) en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción. Asimismo, y de manera inédita colaboraron activamente con la organización de este evento, las Universidades del Desarrollo, Santo Tomás, Andrés Bello, del Bío-Bío, junto con la Escuela de Educación del Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción.

Este evento académico han servido para debatir durante los últimos años acerca de prácticas profesionales, problemáticas actuales, nuevos ámbitos de trabajo, respuestas teóricas y prácticas que se aplican en todos los niveles del sistema educativo, centrando la mirada en los desafíos y proyecciones que emergen en torno a la Psicología Educacional en Latinoamérica.

Desde su primera versión, se han llevado a cabo en doce instituciones universitarias de seis países de América del Sur y se han constituido en un relevante espacio de intercambio de experiencias de investigación e intervención en el área de intersección de la psicología y la educación.

Específicamente, como Investigador e integrante del Grupo de Investigación en Educación, Cultura y Transformación Social (ICET) adscrito a la Escuela de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades – Temuco, participé activamente del evento presentando la ponencia titulada “CARACTERIZANDO LAS HISTORIAS DE VIDA DE JÓVENES SITUADOS EN LOS MÁRGENES DE LA ESCUELA”, trabajo generado en el marco del FONDECYT REGULAR Nº 1170019 “El Mapa Escolar como Epistemicidio de lo Educativo: Comprensión de la Escuela desde los Márgenes” donde participa como co-investigador. (ver más: CEDMA-DEYE )

Finalmente, puedo señalar que “…fueron días profundamente enriquecedores, reflexivos, desafiantes y prometedores para el desarrollo, mejora y fortalecimiento de la Psicología Educacional en la comprensión crítica de los fenómenos escolares y educativos que emergen cotidianamente en América Latina, avanzando en la construcción de un espacio y tiempo educativo atractivo que aporte a la formación integral de nuestros niños, niñas y jóvenes, en el marco de una sociedad con mayor igualdad y justicia social para todos/as…”.

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