Massivedynamic.co 12 34 56 78

Autocuidado en Contexto de Pandemia


25 de mayo 2020

Desde la experiencia acumulada en el campo de la psicología de la emergencia, es necesario enfatizar que gran parte de las catástrofes humanas no son sólo el resultado de un fenómeno natural u antrópico, sino que están vinculados a factores políticos, sociales, culturales y económicos que aumentan la vulnerabilidad y el riesgo.

Toda respuesta a un brote de una enfermedad -como el COVID 19- involucra responsabilidades personales, comunitarias y políticas. Por lo tanto, y más allá de las innegables desigualdades imperantes en Chile e independiente de las diferencias políticas o sobre la gestión de la emergencia sanitaria, se reitera el llamado a la responsabilidad, el autocuidado y la autoprotección a nivel familiar y socio-comunitario.

Las medidas sanitarias no son suficientes cuando la población exhibe conductas de riesgo tales como: precarios hábitos de higiene, no respetar el toque de queda y/o cordón sanitario, participar de reuniones y/o celebraciones familiares, incumplimiento de una cuarentena obligatoria, asistencia a centros de abastecimiento -ferias, supermercados, farmacias- sin medidas de seguridad, entre otras.

Es necesario fortalecer el intercambio de información y otros mecanismos de coordinación para la gestión y protección de la salud. Compartir ejemplos y experiencias de sistemas preventivos y de tratamiento, información actualizada sobre vacunas y medicina preventiva (fortalecimiento de la APS y la protección de la salud mental) y mecanismos de protección comunitarios centrados en el autocuidado.

Las complejidades e incertidumbres futuras sobre la salud global, junto con los cambios ambientales y sociales, aumentarán en el futuro. El desarrollo científico y tecnológico para hacer frente a las incertidumbres se está desarrollando y debe integrarse en la gestión de la emergencia en el contexto sanitario actual. Sólo así, podremos estar mejor preparados para afrontar las consecuencias al corto, mediano y largo plazo que traerá consigo el COVID 19 en Chile y el mundo.

Ver más: Researchgate

0

Apoyo Social y Resiliencia Comunitaria: Un Camino Posible para una Cultura de la Prevención en Contexto de Pandemia
 
18 de mayo 2020

La pandemia provocada por el COVID-19 se ha transformado es una crisis sanitaria, económica y geopolítica sin precedentes en Chile y el mundo. Además, ha provocado cambios significativos en las prácticas de vida cotidiana de las personas como consecuencia de las medidas sanitarias dispuestas desde el nivel central (distanciamiento físico, toque de queda, cuarentena dinámica y la reciente implementación de la cuarentena obligatoria para personas mayores de 75 años, etc.) lo que ha incidido en la aparición de diferentes manifestaciones tales como el miedo al contagio, la incertidumbre, la ansiedad, fluctuaciones en el estado de ánimo, alteraciones en los patrones de sueño y alimentación, aumento de los niveles de estrés, entre otros. 

En vista de lo anterior, nuestro país se enfrenta a una emergencia sanitaria que provocará alteraciones importantes en la vida de las personas. Es decir, no solamente está en riesgo nuestra salud física (frente a un eventual contagio), sino que surgirán al corto, mediano y largo un conjunto de reacciones (cognitivas, emocionales, conductuales, etc.) que pondrán en jaque nuestra salud mental. Es díficil hablar de una ‘nueva normalidad’ frente a un evento altamente complejo y dinámico como el COVID 19, cuyas consecuencias e impacto sociosanitario, psicosocial, cultural y económico es aún incierto.

Precisamente por ello, desde la psicología de la emergencia resulta importante avanzar en el fortalecimiento de la medidas preventivas en la población para favorecer una cultura de la prevención frente a esta pandemia. Dentro de este ámbito, nos parece necesario reforzar tres dimensiones:

En primer lugar, se reitera la importancia de un cumplimiento estricto de los hábitos de higiene personal (cumplimiento distanciamiento físico, lavado frecuente de manos, uso de la mascarilla, etc.) y la promoción de estilos de vida saludables a nivel familiar y comunitario. Cuidarse para cuidar a otros/as es imprescindible. 

En segundo lugar, es prioritario avanzar en mecanismos y estrategias participativas e inclusivas de acción local orientadas a la planificación de la recuperación temprana, con enfoque de género, de manera que la prevención sea el eje rector en nuestra convivencia cotidiana. 

En tercer lugar, es necesario fortalecer la preparación y la respuesta a nivel comunitario. Al respecto, y basado en la literatura, se sabe que la percepción del riesgo influye fuertemente en la disposición de las personas para prepararse frente a una emergencia. Además, los vínculos sociales en las comunidades pueden desempeñar un papel importante al enfocar las percepciones de riesgo, convirtiéndose en predictores de las actitudes de los afectados/as hacia los desastres.

Finalmente, la gestión del riesgo de desastres (GRD), el Marco de Sendai, los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de Paris para el Cambio Climático aportan orientaciones de referencia para un giro epistemológico en la forma de afrontar esta pandemia. Fortalecer el apoyo social, la resiliencia comunitaria, el autocuidado y la cultura de la prevención frente al COVID 19 se instalan como un camino prometedor y necesario para afrontar responsablemente la emergencia socio-sanitaria actual.

Ver Más: Tiempo 21

Para citar:
Sandoval-Obando, E. (2020, mayo 18). Apoyo Social y Resiliencia Comunitaria: Un Camino Posible para una Cultura de la Prevención en Contexto de Pandemia. Tiempo 21. Recuperado de DOI: 10.13140/RG.2.2.25751.60325

0

NO OLD POSTSPage 6 of 6NEXT POSTS