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COLUMNA DE OPINIÓN DIARIO AUSTRAL DE VALDIVIA

Dr. Ps. Eduardo Sandoval Obando[1]

Académico Escuela de Psicología – Universidad San Sebastián
 03 de Septiembre 2017

Chile es un país que envejece aceleradamente. Aunque suene exagerada dicha afirmación, los datos epidemiológicos evidencian un descenso en las tasas de natalidad (1,8 hijos por mujer) Además, el informe World Population Data Sheet (USA) estima que en el 2030 la población nacional habrá llegado a los 20 millones de habitantes, de los cuales un tercio corresponderá a mayores de 60 años. A su vez, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) infiere que el envejecimiento se concentra más en la población femenina, debido a una menor mortalidad, lo que incide en una esperanza de vida superior respecto de los hombres. Ante esta realidad, resulta necesario preguntarnos ¿qué factores y/o conductas pueden ayudarnos a enfrentar exitosamente esta etapa del desarrollo?

  • Aproveche las redes de apoyo social disponibles: Combata el aislamiento. Deleitarse de la relación con los demás es una garantía de salud mental positiva. Ocúpese de fortalecer los vínculos familiares y las amistades cotidianamente, puesto que posibilita un mejor abordaje de nuestras dificultades en contacto con nuestros pares, estimulando la comunicación, la empatía, la estimulación motriz y cognitiva, la verbalización de emociones, etc.
  • Cultivar cotidianamente el optimismo está asociado a un mayor bienestar general. Opera como un catalizador de una salud física positiva, incidiendo en una mejor protección ante la enfermedad y en una mayor esperanza de vida. Por ejemplo, en un seguimiento de diez años, los optimistas presentaron la mitad de riesgo de padecer una enfermedad coronaria respecto de aquellos con altos niveles de pesimismo (Kubzansky, Sparrow, Boconas & Kawachi, 2001).
  • Convierta la actividad física recreativa en un hábito: fomenta la liberación de endorfinas, incorporando una visión positiva acerca de la vida. Caminar, Bailar o correr durante 2 o 3 días a la semana durante 20 minutos, sumado a una alimentación equilibrada refuerza positivamente su organismo. Además, previene la atrofia muscular, mejora la movilidad de las articulaciones y la masa ósea, aumenta la flexibilidad y protege el sistema cardiovascular, etc.
  • La Vejez como una Oportunidad: Implica asumir el envejecimiento de manera activa, centrado en el desarrollo integral del sujeto aprovechando la amplia oferta lúdico-formativa disponible, expresada en talleres, turismo, baile entretenido, disfrute creativo del tiempo libre, etc. Finalmente, apunta a la optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida de la persona a medida que envejece.

Los pilares del envejecimiento activo implican protección de la salud, funcionamiento físico óptimo, alto funcionamiento cognitivo, afecto positivo y participación social.

[1] Psicólogo. Postítulo en Sexualidad y Afectividad. Diplomado en Docencia Universitaria. Diplomado en Modelo Salud Familiar. Magíster en Educación, Mención Políticas y Gestión Educativas. Doctor en Ciencias Humanas. Académico Escuela de Psicología – Universidad San Sebastián (Valdivia – Chile)

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Otras Voces en Educacion

 ISSN: 2477-9695

¿Cómo aprenden los Adolescentes en Conflicto con la Justicia?: Una Revisión Local desde el Enfoque Biográfico

Columna de Opinión

Eduardo Sandoval Obando

Este trabajo se propuso dos objetivos: en primer lugar, caracterizar la propensión a aprender que exhiben adolescentes infractores de ley. Para ello, nos centramos en sus historias de vida, develando parte de sus vivencias en torno al proceso de aprendizaje, su percepción respecto al sistema escolar formal y los cambios que proponen para repensar la escuela (Illich, 1974; Sandoval, 2012). En segundo lugar, proponemos una revisión crítica sobre el sentido y alcance de las historias de Vida, como un recurso metodológico de enorme riqueza para el campo socioeducativo, que nos acerca en la comprensión del sujeto investigado, su contexto y las valoraciones que éstos hacen de su propia existencia (Medrano, 2007; Sandoval, 2014).

Acceder al Trabajo Completo: Descargar

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Otras Voces en Educacion

La inclusión de Chile a la OCDE[1], es un hito relevante en su política internacional. Sin embargo, no ha resuelto los problemas más urgentes que aquejan a nuestra sociedad, y lo que es peor, no han contribuido al mejoramiento de la educación. A modo de ejemplo, los resultados 2016 del Sistema de Medición de la Calidad de los Aprendizajes (SIMCE) evidencia la brecha existente entre colegios privados versus los públicos, con una diferencia sostenida durante los últimos 10 años de 100 puntos (es decir, los niños/as de escuelas ricas y pobres tienen 2 años escolares de distancia). Por ende, al analizar las reformas escolares vividas en este plano (tales como el mejoramiento de la educación preescolar; la revisión de la formación inicial del docente; aseguramiento de la calidad de la educación, el fin al lucro, la modernización del MINEDUC, etc.), nos encontramos con la triste realidad de que no es que los cambios vividos hayan sido lentos o tardíos.

Lamentablemente, nos hemos sido capaces de establecer acuerdos acerca de cómo mejorar o transformar el sistema escolar actual, avanzando en una mayor justicia social y equidad para nuestros estudiantes. Por ello, vale la pena preguntarnos y reflexionar acerca de ¿Cómo podemos construir y avanzar en equidad e inclusión, si nuestras escuelas continúan siendo el reflejo más explícito de la desigualdad imperante? ¿La calidad de vida existente en Chile es realmente comparable con los países de la OCDE? ¿Es posible construir políticas educativas integrales que tensionen críticamente el modelo neoliberal imperante? De tal forma que “es evidente, que dejada a sus anchas, la globalización no produce equilibrios y justicia, sino exactamente lo opuesto, por eso hay necesidad de ponerse al frente de ella para conducirla adecuadamente” (Fernández, 1999 en Eyzaguirre, 2005, p. 5). Proponemos algunos desafíos que Chile podría descubrir, como miembro de la OCDE, priorizando tentativamente, las siguientes propuestas de cambio:Integrar nuevos saberes, estrategias y herramientas de gestión a nivel de la construcción de las políticas públicas, provenientes de la experiencia de países desarrollados, que le permita aplicarlos en aquellos ámbitos prioritarios de nuestra realidad nacional, de manera planificada y acorde a nuestra realidad cultural, social, política y educativa. Dicho de otro modo, de lo que se trata, es que la comparación con otros países y la implementación efectiva de reformas estructurales en sus políticas públicas, establezca las bases de aprendizaje necesarias, para que Chile integre tales experiencias y las adapte a las necesidades más urgentes de nuestra población. Específicamente en el plano educativo, consideramos prioritario: el mejoramiento y priorización de la educación parvularia y la estimulación temprana sistemática de nuestros niños; el desarrollo y formación escolar en el ámbito tecnológico; la resignificación de la carrera profesional docente; la no discriminación en el espacio y tiempo escolar, la construcción de una política integral para la formación técnico profesional, etc.

  • Instaurar una visión holística del aprendizaje del alumnado, incorporándose en los Planes y Programas Pedagógicos del Ministerio de Educación, donde sea el alumno, un protagonista de su aprendizaje, guiado por la curiosidad de aprender, de manera libre y espontánea, de sus relaciones e interacciones con otros, “moviéndose en el ámbito de lo posible y lo hipotético, incorporando la incertidumbre como un valor” (Calvo, 2016), para que así no pierda su potencialidad, no pierda lo que por naturaleza invade caóticamente su aprendizaje: la creatividad. En definitiva, es posibilitar que la libertad y autonomía del alumnado, originen nuevas y complejas relaciones, convirtiéndose en los protagonistas de su aprendizaje.
  • Comprender que en la sociedad de la información, el énfasis debe situarse sobre el aprendizaje colaborativo. Una vía para el mejoramiento de la calidad en la educación, debe propiciar el desarrollo de estrategias cognitivas y metacognitivas que hagan posible el “aprender a aprender”, con objetivos organizados según capacidades y valores propios de cada alumno, valorando la heterogeneidad del alumnado, en su proceso de aprendizaje. La educación debe ser un medio para el desarrollo potencial de cada individuo, acorde a sus necesidades y requerimientos personales, caracterizado por el pleno ejercicio de la libertad en su aprendizaje, dentro de ambientes educativos que potencien la colaboración y el pensamiento divergente (Sandoval, 2016).
  • Favorecer el despliegue de la creatividad y la curiosidad por aprender (Sandoval, 2014, p. 41): adquiere relevancia la capacidad de las personas de poder soñar, crear y recrearse dialógicamente en la escuela, en la interacción con otros, para que se sientan partícipes y miembros activos de la aldea global, utilizando al máximo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (internet, computadores, correo electrónico, etc.) y el surgimiento de preguntas novedosas que le permitan descubrir el mundo armónicamente y acorde a los ritmos que su desarrollo le permita.
  • Construir una reforma epistemológica de la escuela y de las prácticas pedagógicas tradicionales, avanzando en la construcción de ambientes educativos capaces de potenciar los talentos e intereses de todos los involucrados en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Una escuela capaz de responder a la heterogeneidad del alumnado, brindándoles oportunidades reales de éxito, que incidan sistemáticamente en la superación de las desigualdades sociales imperantes en Chile (Sandoval, 2017).
  • Formar a los estudiantes en un pensamiento complejo, facilitando el dominio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con fines Educativos: Es decir, replantear los procesos de escolarización, para fomentar habilidades coherentes con la era digital, las que tienen relación con la capacidad de buscar, sintetizar, analizar, comparar, reconfigurar y presentar información, así como comunicarse con otros en un ambiente digital. Esta formación, los prepara de mejor manera, para una vida profesional que no tendrá un carácter lineal, sino caótico e incierto; propiciando el trabajo en equipo, aunque sea de manera virtual, utilizando las tecnologías de la información y la comunicación.
  • Promover una Alfabetización Digital Permanente y la Renovación del Aula Escolar, como herramienta que complemente el aprendizaje de los estudiantes: En este sentido, las tecnologías digitales puede convertirse en un elemento catalizador del cambio pedagógico, que el nuevo paradigma de la sociedad del conocimiento requiere (Benavides y Pedró, 2007). Esto exige nuevos roles y actores, así como en muchos casos, nuevas dinámicas que se integran en las prácticas pedagógicas actuales. De ahí la importancia de aclarar, entre los docentes, que el uso de que estas tecnologías, contribuyen al aprendizaje. Según la investigación del Centro Pew[2], un 69% de los usuarios de internet en Chile se conecta todos los días, siendo sólo superado por Argentina a nivel latinoamericano (Líbano es el país con más usuarios de acceso diario, alcanzando el 90%). Por otra parte, en la Sexta Encuesta Nacional de Acceso, Usos y Usuarios de internet[3] (realizada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones), surgen interesantes resultados que sustentan la importancia de una alfabetización digital desde la educación: “El 70 % de los chilenos tiene acceso a internet. Asimismo, los encuestados señalan que el internet y las Tics, lo ven como un apoyo a la educación propia o la de sus hijos / nietos / parientes con un 73,6%”.
Tenemos en consecuencia, un interesante desafío para la educación chilena, a través de la implementación de las TICS y la mejora de las estrategias educativas utilizadas en la escuela, desde la óptica OCDE. No se trata de que el docente sea reemplazado por una máquina, sino que utilice este medio, como una plataforma generadora de aprendizajes, conectando al alumnado con el mundo. A través de estas tecnologías, desaparecen las limitaciones geográficas y las fronteras territoriales (un estudiante podrá conocer las maravillas del Museo de Louvre en París, recorrer instalaciones virtuales de la NASA, visitar los sitios arqueológicos de los aztecas en México; aprender y practicar el inglés con alumnos de otros países, etc.), a través de un solo clic y la mediación permanente del docente, materializando un acercamiento más idóneo al constructivismo en educación. Creemos simplemente que la educación digital abre espacios, transforma los contextos, multiplica las posibilidades y se acerca, oportuna y contextualmente, a las necesidades de un alumnado cada vez más receptivo a las nuevas tecnologías. Referencias Benavides, F. y Pedró, F. (2007). Políticas Educativas sobre Nuevas Tecnologías en los Países Iberoamericanos, Revista Iberoamericana de Educación, (45). Recuperado el 20 de Noviembre 2016, de http://www.rieoei.org/rie45a01.htm Calvo, C. (2016). Del Mapa Escolar al Territorio Educativo. Disoñando la Escuela desde la Educación. (6° Impresión). La Serena: Nueva Mirada. Eyzaguirre, H. (2005). La Educación en la Perspectiva de la Globalización. Santiago de Chile: Serie de Documentos de la Unidad de Investigaciones en Educación, Centro de Investigaciones Políticas y Sociales. Mayo 2005, 1-11. Sandoval, E. (2017). El Docente como Mediador Emocional y Cognitivo de Jóvenes en Contextos Vulnerados: Tensiones y Desafíos para la Transformación de la Práctica pedagógica. Tesis de Doctorado en Ciencias Humanas, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile (impresa). Sandoval, E. (2016). Cruzando las Fronteras de la Pedagogía Crítica en el Trabajo con Adolescentes Infractores de Ley. Revista de Pedagogía, 37 (101), 175-191. Sandoval, E. (2014). Posibilidades Educativas del Adolescente Infractor de la Ley: Desafíos y Proyecciones a partir de su Propensión a Aprender, Psicología Educativa, 20 (1), 39 – 46. [1] La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico es un foro intergubernamental en el cual participan 30 países que se adhieren a los principios de la democracia y del libre mercado. De estos 30 países, 27 son considerados economías desarrolladas y sólo tres economías (Turquía, México y Polonia) en vías de desarrollo (de ingreso medio-alto). En esta organización los países miembros intercambian y comparan experiencias de política y económicas con el fin de identificar las políticas y prácticas económicas más adecuadas y desarrollarlas de manera coordinada a nivel nacional e internacional. Para mayor información, visitar sitio web: http://www.oecd.org [2] La encuesta, aplicada a 24.263 personas en 24 países entre marzo y mayo de 2013, vincula fuertemente el crecimiento económico con el acceso a internet y servicios relacionados. Para mayor información, puede acceder al sitio web: http://www.pewglobal.org/2014/02/13/emerging-nations-embrace-internet-mobile-technology/ [3] La Sexta Encuesta Nacional de Acceso, Usos y Usuarios de internet fue dirigida y ejecutada por CADEM S.A. por encargo del Gobierno de Chile. Su objetivo, es profundizar el análisis y caracterización del servicio de acceso y uso de Internet en Chile (móvil y fija), para reconocer las tendencias de uso y adopción de tecnologías de información entre los chilenos, tanto a nivel nacional, regional y comunal. Hemos consultado dicha información en su sitio web: http://www.subtel.gob.cl/attachments/article/5411/Informe_Final_SUBTEL_UdeChile.pdf

Sitio Web: Artículo Online
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SUR ACTUAL
Por Eduardo Sandoval Obando [2], psicólogo. (Publicado en Sur Actual) Correspondencia a: eduardo.sandoval@correo.udc.es
La educación es uno de los pilares fundamentales que orienta y caracteriza el destino de un país así como sus posibilidades de desarrollo futuro, siendo una de las instancias más relevantes de socialización y enriquecimiento cognitivo de todo niño/a y adolescente. No obstante a lo anterior, pareciera ser que en Chile las diversas reformas escolares generadas desde el nivel central continúan olvidando y postergando la primera infancia, la educación técnico profesional y la autonomía real de los centros educativos, producto de lógicas socio-políticas fragmentarias, cortoplacistas, descontextualizadas y convenientes al modelo económico imperante. Como muestra de lo anteriormente descrito, los resultados 2016 del Sistema de Medición de la Calidad de los Aprendizajes (SIMCE) vuelve a recordarnos la brecha existente entre colegios privados versus los públicos, con una diferencia sostenida durante los últimos 10 años de 100 puntos (es decir, los niños/as de escuelas ricas y pobres tienen 2 años escolares de distancia). De esta manera, observamos un espacio y tiempo escolar dominado por una política neoliberal y deshumanizadora, que ha originado y orientado los sufrimientos de muchas personas, y por otra parte, ha perpetuado el enriquecimiento de los grupos dominantes; aumentando el malestar en nuestra sociedad y deteriorando la calidad de vida y oportunidades educativas de millones de personas en el mundo (Stiglitz, 2012). Desde una perspectiva crítica, resulta importante generar instancias de reflexión y discusión en los diversos ambientes en que nos desenvolvemos como ciudadanos/as (trabajo, grupo de pares, organizaciones civiles, juntas de vecinos, centros culturales o deportivos, academia, etc.) acerca del rol y/o lugar que ocupamos en la construcción participativa y democrática de nuestro país, apuntando a la generación de una verdadera reforma educacional que nos permita acabar con las desigualdades sociales. En otro plano y con la finalidad de incitar la discusión, nos preguntamos ¿Con qué tipo de educación soñamos? ¿Cuáles son las habilidades necesarias para un desenvolvimiento exitoso en el siglo XXI? ¿De qué manera participo en el proceso educativo de mi hijo/a? ¿Conozco y comprendo el sentido valórico y educativo del centro escolar donde asisten mis hijos/as? ¿Qué naturaleza han tenido las relaciones construidas a lo largo de mi trayectoria escolar formal?. Creemos que las Ciencias Sociales no pueden estar ajenas a estos fenómenos de tensión sociocultural que repercuten en la escuela. Sobre todo en tiempos de transición política, en que nos acercamos rápidamente a las elecciones presidenciales y en donde los candidatos debieran ser capaces de explicitar con claridad, un programa de gobierno pertinente, relevante y acorde a las necesidades educativas actuales de nuestra sociedad. A modo de propuesta, existen experiencias investigativas locales[1] que nos permiten caracterizar y reconocer ambientes educativos activo modificantes que despiertan y potencian los recursos personales de todo educando, por parte de educadores/as comprometidos con su profesión (es decir, disfrutan de la posibilidad de enseñar y asumen su práctica profesional de manera desafiante e innovadora), se reconocen a sí mismos/as como verdaderos agentes de cambio en las escuelas (liderazgo pedagógico), promueven cotidianamente con el alumnado una relación positiva educador / educando; incentivan la participación activa de sus estudiantes; reflexionan críticamente acerca de su desempeño profesional y persiguen nuevas instancias de desarrollo profesional (redes de tutorías por ejemplo) y se esfuerzan por desarrollar una pedagogía de la pregunta (motivan al estudiante en la generación de nuevos y complejos saberes, convirtiéndolo en un/a investigador que utiliza y emplea adecuadamente las diversas fuentes de información disponibles, para la solución de los interrogantes que se le plantean, transitando decididamente hacia la autorregulación en el aprendizaje). Finalmente, realizamos un llamado sincero y franco a los ciudadanos/as para que indaguen y sometan a un análisis profundo los discursos y compromisos que expresen los/as candidatos presidenciales acerca del destino educativo de nuestro país. Estamos conscientes y deseosos de transformar el sistema escolar actual que segrega, estandariza y burocratiza los procesos educativos, para avanzar hacia un espacio y tiempo escolar que potencie verdaderamente la curiosidad, autonomía, pensamiento crítico, creatividad y colaboración en nuestros educandos. Es tarea de todos/as construir un país mejor.



 [1] Estas reflexiones y criterios de acción pedagógica forman parte de la tesis doctoral desarrollada por el autor, titulada “El Docente como Mediador Emocional y Cognitivo de Jóvenes en Contextos Vulnerados: Tensiones y Desafíos para la Transformación de la Práctica Pedagógica”. [2] Psicólogo. Postítulo en Sexualidad y Afectividad (U. de Chile). Diplomado en Docencia Universitaria. Diplomado en Modelo Salud Familiar (U. de Chile). Magíster en Educación, Mención Políticas y Gestión Educativas. Doctor en Ciencias Humanas, UACH. Interventor Clínico en Salud Mental – Atención Primaria.
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Columna de Opinión – Sur Actual
28 de Diciembre 2016 
Sur Actual
Por Eduardo Sandoval Obando*

Chile y su complejidad territorial, nos expone a múltiples amenazas de sismos / terremotos, erupciones volcánicas, marejadas / tsunamis, inundaciones / sequías, incendios forestales, etc. No es casualidad que la seguidilla de desastres socio-naturales ocurridos en nuestro país, durante el último tiempo (terremoto del 27 Febrero 2010; Inundaciones en el Norte; Erupción del Volcán Villarrica y Calbuco durante el 2015 así como lo recientemente ocurrido con el sismo de 7,6 grados en la Escala de Richter, con epicentro en Melinka, Región de Aysén), recalcan la necesidad de promover y reforzar en la ciudadanía, los equipos de salud y/o emergencia, una mayor capacidad de respuesta para hacer frente a estas problemáticas.
Por ello, adquiere relevancia la Psicología de la Emergencia, como un ámbito de la Psicología, especializado en responder al tratamiento de personas y/o comunidades que experimentan el trauma, tras la presentación de un evento que altera significativamente su calidad de vida y el normal funcionamiento de los servicios básicos de una comunidad.
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Con fines educativos, nos parece oportuno explicar que los Ejes prioritarios de acción dentro del ciclo de un desastre, los que podemos categorizar en las siguientes fases:
Antes de un Desastre 
Prevención, Reacción, Preparación y Alerta: en este ámbito, incluimos el conjunto de acciones y estrategias que pueden emprender las comunidades o un Estado, para impedir la ocurrencia de fenómenos que causen o den lugar a emergencias, reduciendo el peligro y/o delimitando las condiciones que incrementen los daños producidos por un desastre socio-natural. Creemos que en este ámbito, cobra sentido refranes como “más vale prevenir que curar”, “Juan Segura Vivió 100 años”, etc., sentando la necesidad de que todas las personas de un determinado territorio / nación / estado sean proactivas y responsables en generar acciones concretas que reduzcan los riesgos vinculados a una determinada amenaza[1].
A nivel técnico, apunta al conjunto de medidas (estructurales y no estructurales) de intervención emprendidas con anticipación a la ocurrencia de un fenómeno o evento potencialmente destructor de origen natural o antrópico, para reducir o eliminar al máximo el impacto adverso (riesgo) en las poblaciones, medios de subsistencia, sociedad y ambiente (Programa DELNET-ONU, 2008).
Tales actividades y medidas, permiten reducir la vulnerabilidad, y asegurar una respuesta eficaz ante el impacto de amenazas incluyendo la emisión oportuna y efectiva de sistemas de alerta temprana, la evacuación temporal de la población, la creación o reforzamiento de capacidades, el establecimiento de policitas, estándares, arreglos de organización y planes operativos, la protección de propiedades del área amenazada, etc.
A modo de ejemplo, cada uno de nosotros podría generar acciones tan diversas e importantes como: revisión infraestructura general de nuestro hogar (instalaciones eléctricas, conexión de gas, limpieza de canaletas, reposición de vidrios en mal estado, etc.), pautas básicas de autocuidado de nuestra salud; mantención de un kit básico de emergencias, incluyendo: botiquín primeros auxilios, agua (2 litros por persona), linternas (y pilas de repuesto), radio portátil, dinero en efectivo, comida enlatada y abrelatas, etc.; manejo de un plan de comunicación entre familiares, ante situaciones de emergencias (alternativo a la llamada telefónica), para no colapsar redes telefónicas, etc.
De acuerdo a lo anterior, resulta interesante reflexionar en torno a ¿qué tan proactivos somos en esta materia? ¿Cómo incentivamos una cultura de la prevención en nuestra sociedad? ¿De qué manera colaboramos con nuestras autoridades en la mantención del orden público, cuando ocurre una catástrofe? ¿Valoramos la alta capacidad técnica y el reconocimiento internacional con el que cuentan instituciones como Bomberos de Chile?, etc. 
Durante un Desastre
Respuesta ante la Emergencia: Etapa de atención inmediata por parte organismos técnicos especializados (ONEMI, Fuerzas Armadas y de Orden, etc.), que corresponde a la ejecución de las acciones prevista en la etapa de preparación y que, en algunos casos, ya han sido antecedidas por actividad de alistamiento y movilización, motivadas por la declaración de diferentes estados de alerta. Corresponde a la acción inmediata para la atención oportuna de la población afectada por el desastre socio-natural. 
Tras la Presentación de un Desastre
Reconstrucción y Rehabilitación: Proceso de reparación, a mediano y largo plazo, del daño físico, social, económico, psicológico, etc., a un nivel de desarrollo igual o superior al existente antes del evento. Es decir, consiste en la reparación de la infraestructura y la restauración del sistema de producción, a mediano o largo plazo, con miras a alcanzar o superar el nivel de desarrollo previo al desastre. En este punto, adquiere importancia el apoyo social y las redes comunitarias para resignificar el impacto de una catástrofe en la población (particularmente, cuando existen pérdidas de vidas humanas).
Finalmente, nos parece que como país hemos dado avances importantes en este ámbito (quizás aprendiendo de los errores), pero nuestra complejidad geográfica y territorial nos obliga a que cada ciudadano sea capaz de informarse acerca del rol que podemos adoptar ante estos eventos, facilitando la acción de los organismos técnicos (ONEMI, SHOA, Fuerzas Armadas y de Orden, Bomberos de Chile, CONAF, etc.), que nos permitan salvaguardar la vida de nuestros habitantes. El destino de un país, lo construimos todos… Seamos responsables y colaboremos en la cultura de la prevención.
Psicólogo. Postítulo en Sexualidad y Afectividad (U. de Chile). Diplomado en Docencia Universitaria. Diplomado en Modelo Salud Familiar (U. de Chile). Magíster en Educación, Mención Políticas y Gestión Educativas. Doctor © en Ciencias Humanas, UACH. Interventor Clínico en Salud Mental – Atención Primaria.
Correspondencia a: eduardo.sandoval@correo.udc.es
[1] Es el factor de riesgo externo, representado por un peligro latente asociado a un fenómeno físico de origen natural, tecnológico o antrópico (provocado por el hombre) produciendo efectos adversos en las personas, los bienes, y/o el medio ambiente.
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