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El ABC de la emergencia en Chile y el recorte presupuestario a Bomberos


El primer Cuerpo de Bomberos basado en voluntarios nació en 1851 en el puerto de Valparaíso, con un sólido anclaje en los valores republicanos de la época, tomando como referencia la organización operativa de las brigadas bomberiles existentes en EE.UU. desde el siglo XVIII. Desde esa fecha y hasta la actualidad, Bomberos de Chile y sus voluntarios/as ha alcanzado un prestigio sólido por su gran profesionalismo, trabajo en equipo y vocación de servicio durante las múltiples emergencias y desastres en los que se han desplegado dentro y fuera del territorio nacional.

En este sentido, es importante enfatizar que las emergencias a las que responde Bomberos son diversas. De hecho, por la versatilidad que han mostrado sus voluntarios/as, son considerados a nivel mundial como un servicio de emergencia polifacético y multipropósito, que responde a una amplia gama de emergencias, originadas por la naturaleza (inundaciones, aluviones, terremotos, combate al fuego, entre otros), o de caracter antrópico (es decir, los eventos provocados por la acción u omisión del hombre), tales como como accidentes vehiculares, derrumbes, conflictos sociales, explosiones, pandemia, etc. Por ende su capacidad táctica y operativa les ha permitido alcanzar un alto nivel de profesionalismo, conformando equipos para el manejo de materiales peligrosos (HAZMAT) e inclusive grupos de rescate especializado (GERSA; rescate minero, en altura y vehicular, etc.).

Más aún, durante el 2001, se construyó el Manual de Operaciones Multi-Institucional ante Emergencias, elaborado bajo el patrocinio de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito, y en cuya redacción participaron representantes de Salud, Carabineros de Chile y Bomberos. La experiencia mundial demuestra que hay tres instituciones claves que participan en la fase inicial de una emergencia, como parte de la primera respuesta: Bomberos, Carabineros y Salud. Es por ello que se habla del ABC de la Emergencia: (A) para las Ambulancias de Salud, (B), para Bomberos y (C), para Carabineros. Por lo tanto, de la oportuna coordinación y respuesta de estas tres instituciones depende, en gran medida, la protección de las personas, el medio ambiente y la propiedad.

En vista de lo anterior, resulta paradójico e incomprensible que en el contexto actual de pandemia, el Estado haya concretado una rebaja en el presupuesto de una institución tan querida como Bomberos de Chile. La rebaja dispuesta por la Dirección de Presupuestos (Decreto N°707 de Hacienda) alcanza la suma de M$3.755.793, representando un recorte de M$1.500.000 en recursos para la Capacitación de los voluntarios/as; M$1.450.000 comprometidos en el pago de carros bomba y material menor para los Cuerpos de Bomberos y M$805.793 para Ayudas Extraordinarias para Cuerpos de Bomberos, lo que representa una disminución global del 7,86% de los recursos aportados por el Estado, muy superior al ‘ajuste’ observado en otros organismos del estado.

Para enfrentar los desafíos que emergen durante las emergencias y desastres, Bomberos requiere no sólo de equipos modernos, sino también de capacitación técnica actualizada junto con un equipamiento operacional que salvaguarde la vida de sus voluntarios/as, para asegurar una oportuna y eficiente respuesta, 24/7 y durante los 365 días del año. No deja de llamar la atención que un país altamente vulnerable a la acción del cambio climático y su larga historia de desastres, superficialice el accionar de bomberos, coarte su presupuesto y limite su capacidad operativa. Ojalá la clase política pudiera estar a la altura de la formación valórica y de servicio que exhiben los voluntarios/as de Bomberos de Chile a lo largo del territorio nacional. Los profesionales de la emergencia merecen respeto, dignidad y reconocimiento. Merecen nuestro más sincero respaldo ciudadano!.

Ver más: El Mostrador

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La Salud Mental en los Adultos Mayores durante la crisis sanitaria

Diario Austral de Valdivia

01 de Mayo 2020

Experto menciona diversas medidas que se pueden implementar en este grupo etario para hacer más llevadera la cuarentena producto de la pandemia originada por el covid-19.

 
En el contexto de la pandemia de covid-19, los adultos mayores se convirtieron en la población de riesgo, producto del número total de fallecidos de este grupo en el mundo. Esta situación trae consigo algunas implicancias en su salud mental.
Por eso, desde la investigación en el área, se pueden plantear recomendaciones para su protección: evitar la estigmatización, brindar contención y afecto, además de potenciar los recursos personales que permitan enfrentar de mejor manera esta crisis y el futuro.
“A pesar de que los medios de comunicación han reiterado el riesgo de salud que representa el covid-19 para las personas mayores, el tratarlos como personas vulnerables puede ser aterrador e inducir mucho miedo. Procure relacionarse de manera empática y colaborativa con ellos, reforzando aspectos de higiene y autocuidado, así como la transmisión de información clara y precisa sobre las medidas sanitarias implementadas en su región”, indica Eduardo Sandoval, Investigador y académico Instituto Estudios Sociales y Humanísticos (IdeSH)- Facultad Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma de Chile.

Sandoval precisa que los impactos psicológicos pueden incluir ansiedad, estrés, irritabilidad o tristeza. “Estas reacciones suelen ser particularmente difíciles para las personas mayores que pueden estar experimentando un deterioro cognitivo, demencia o que viven en soledad hace mucho tiempo. Ofrézcale apoyo y muéstrese disponible para orientarlos en el uso de redes sociales o TICs que les permita activar y/o fortalecer redes de apoyo disponibles en su entorno”, explica.A modo de recomendación señala que hay muchas acciones que se pueden iniciar por sí mismas o con el apoyo de un cuidador, si es necesario, para proteger la salud mental durante el periodo de cuarentena, tales como: actividad física, mantener rutinas de readaptación activa, desarrollo de un hobbie, asumir como desafío el uso de las redes sociales y medios digitales para entablar comunicación con pares o redes de apoyo familiar, entre otras.
“Finalmente, los sistemas sanitarios deberán identificar y abordar al mediano y largo plazo, las consecuencias potencialmente negativas que provocará esta pandemia sobre nuestra salud mental, siendo de especial interés las estrategias que podamos implementar para proteger a nuestras personas mayores, brindándoles condiciones y mecanismos que favorezcan una vejez digna en Chile”, finaliza.


Fuente: soychile.cl – https://www.soychile.cl/Valdivia/Sociedad/2020/05/01/651660/La-salud-mental-en-los-adultos-mayores-durante-la-crisis-sanitaria.aspx
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Procesos de duelo y recomendaciones para el manejo de la pérdida en contexto de pandemia

Psicosocial y Emergencias (España)

29 de abril 2020

Las últimas semanas nos hemos visto invadidos por datos epidemiológicos, implementación de cuarentenas preventivas graduales, el teletrabajo y un aumento progresivo de personas contagiadas por el COVID-19 en Chile. No obstante, y a pesar de la dureza de esta realidad, estamos ante la presencia de una pandemia que sigue generando estragos en la vida de miles de personas en el mundo junto a una tasa importante de fallecidos (más de 88 mil decesos en el mundo, según la OMS).

En vista de lo anterior, se observan factores en común que se instalan en nuestra cotidianeidad: el miedo al contagio, la muerte y los procesos de duelo, la dificultad de adaptación de las personas al aislamiento físico, la incertidumbre frente al avance y combate frente a este virus y un conjunto de reacciones (físicas, psicológicas, emocionales, cognitivas, etc.) que generarían cambios potencialmente significativos en nuestro comportamiento al corto, mediano y largo plazo (particularmente, T. del sueño, depresión, ansiedad, T. de adaptación, reacciones a estrés agudo y estrés postraumático).

Muchas personas están conviviendo cotidianamente con las pérdidas individuales, incluidas las enfermedades y la muerte atribuibles al COVID-19, la precarización del empleo y la cesantía, la falta de seguridad y control sobre la vida, la recesión económica e incluso individuos que, sin haberse visto afectados directamente, se ven inundados por los cambios vividos durante las últimas semanas en nuestro país.

Así, la muerte y los procesos de duelo comienzan a despertar múltiples emociones en los individuos, entre ellas la tristeza, el sufrimiento, la rabia y la aflicción. El duelo corresponde al proceso por el que atraviesa una persona tras la muerte de un ser querido, para luego asimilarlo, entenderlo y reconstruir gradualmente su vida. Otros lo abordan a partir de ciertas etapas por las que transitaría el individuo: la negación, la rabia, la negociación, la depresión y la aceptación. No obstante, todas estas fases y las estrategias de afrontamiento hacen que cada proceso sea único, intenso y dinámico. Además, la forma en que se afronta dependerá de la personalidad del sujeto y sus estrategias de afrontamiento, la relación con la persona fallecida, las circunstancias de la muerte y la red de apoyo social con la que cuenta el individuo (familia, amigos, comunidad, etc.).

A partir de lo anterior, se sugiere:

  • El duelo es un proceso normal que no debe apresurarse o intentar extirparlo de la vida. Tampoco visualizarlo como una enfermedad. Es una respuesta esperable frente a la pérdida de un ser querido con el que han compartido experiencias imborrables.
  • Favorezca la realización de rituales en torno a la despedida de un ser querido (en caso de pandemia, genere un espacio íntimo y seguro para llorar a quién ha partido).
  • Analice la pérdida en el contexto actual e identifique qué lazos puede fortalecer con sus redes de apoyo.
  • Evite el pensamiento fatalista y sustitúyalo por una jerarquización realista de necesidades.
  • Comparta sus emociones (todos/as estamos enfrentando esta pandemia).
  • Valore y reconozca en vida a sus seres queridos (el aislamiento es físico y no social; potencie contactos virtuales con quienes ama.
  • Perdone, Reconcíliese y admita la muerte como una etapa del ciclo vital, atesorando las experiencias vividas con aquellos familiares que ha perdido.
Ver más: Psicosocial & Emergencias

Para citar:
 
Sandoval-Obando, E. (2020). Procesos de Duelo y Recomendaciones para el Manejo de la Pérdida en Contexto de Pandemia. Psicosocial & Emergencias. ISSN: 1887-1836. Recuperado de http://www.psicosocialyemergencias.com/procesos-de-duelo-y-recomendaciones-para-el-manejo-de-la-perdida-en-contexto-de-pandemia/
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Cuidarse para cuidar a otros/as: Algunas recomendaciones para la protección de la salud mental en equipos de salud

Araucanía Noticias 

26 de abril 2020Araucanía Noticias Temuco

La pandemia provocada por el COVID 19 ha develado un conjunto de falencias y precariedades de diversa índole en los sistemas sanitarios del mundo. Más aún, ha mostrado que ningún país estaba 100% preparado para responder eficazmente a la velocidad de propagación con la que el virus se mueve, instalando un marco de incertidumbre respecto a las estrategias de combate y monitoreo epidemiológico por parte de los países, para el control de la enfermedad y la disminución de la curva de contagio.

Sin embargo, y paradójicamente el COVID 19 nos recuerda cotidianamente la existencia de miles de profesionales de la salud que están altamente comprometidos con su trabajo y con la protección integral de la salud de las personas. Los ‘heroes sin capa’ luchan contra la doble presencia (cumplen con su trabajo y en paralelo, están pendiente de sus responsabilidades familiares, crianza de los hijos/as, vínculo con familia de origen, etc.), el estrés, el miedo al contagio y el trauma (por lidiar permanentemente con las pérdida de vidas humanas), los trastornos del sueño (turnos rotativos que deterioran patrones de sueño) y la alimentación, etc.

En este sentido, se ha observado que son un grupo potencial de riesgo, proclives al desarrollo de sintomatología depresiva, ansiedad, estrés postraumático, alta somatización e incluso manifestaciones inespecíficas de sufrimiento emocional. Al respecto, médicos en Italia, España, Canadá y Estados Unidos han reportado miedo, aislamiento social y estrés laboral. En el caso de China, el personal sanitario ha manifestado síntomas relacionados con trauma emocional, y específicamente, algunos enfermeros/as refirieron síntomas de traumatización indirecta, como consecuencia del vínculo empático e identificación con la vulnerabilidad y dolor del paciente. Como consecuencia de lo anterior, experimentaron una pérdida de apetito, fatiga, aumento del desgaste físico, trastornos del sueño, irritabilidad, disminución de la atención, entumecimiento, miedo y visión negativa respecto al futuro.

Finalmente, uno de los grandes desafíos que surgen en torno a la pandemia, es avanzar en una mejora estructural y significativa de las condiciones laborales en la que miles de trabajadores de la salud se desempeñan. Cuidarse, para cuidar a otros es una consigna necesaria en tiempos de pandemia, por lo que compartimos algunas recomendaciones que podrían ser útiles para resguardar la salud mental de nuestros ‘heroes sin capa’:

Autocuidado Permanente: Revise la forma más adecuada de manejar su estrés, para poder apoyar a sus compañeros y beneficiarse recíprocamente de dicha interacción. Potencie sus recursos personales y maximice los niveles de resiliencia.

Rescate Experiencias Positivas de Manejo del Estrés: Piense en lo que le ha permitido superar dificultades en el pasado y en lo que podría hacer ahora, para afrontar funcionalmente esta pandemia.

Estilos de Vida Saludable: Destine tiempo adecuado para comer, descansar y relajarse, aunque sean periodos breves. Regule responsablemente su consumo de alcohol, cafeína o nicotina y evite el consumo de fármacos sin prescripción médica.

Redes de Apoyo Social Activas: Obtenga apoyo hablando con sus amigos, seres queridos, u otras personas en las que confíe. Las TICs pueden ser una herramienta potente para mantenernos unidos, a pesar del distanciamiento físico.

Ponga Límites a su Intervención: Recuerde que usted no es responsable de resolver todos los problemas de las personas. Haga lo que pueda para ayudar a cada individuo, a ayudarse sí mismos. Active recursos personales y la resiliencia comunitaria.

Colaboración y Trabajo en Equipo: Controle con sus compañeros para ver cómo están llevando la situación, y haga que ellos repliquen lo mismo con usted. Encuentren formas de apoyarse colaborativamente (revisar protocolos de desactivación para intervinientes). Implemente turnos rotativos durante la fase aguda de la crisis, alternándolos con periodos de descanso regular.

Para citar:
Sandoval-Obando, E. (2020, abril 26). Cuidarse para cuidar a otros/as: Algunas recomendaciones para la protección de la salud mental en equipos de salud. Araucanía Noticias. Recuperado de https://araucanianoticias.cl/2020/cuidarse-para-cuidar-a-otros-as-algunas-recomendaciones-para-la-proteccin-de-la-salud-mental-en-equipos-de-salud/0426179899

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